¿El teletrabajo, es seguro?

El teletrabajo, aunque concebido como una alternativa laboral que aparentemente disminuye los riesgos para la salud física al realizarse mayoritariamente en casa, también puede entrañar peligros significativos para la salud mental de los trabajadores. Problemas como el tecnoestrés o el síndrome de Burnout son cada vez más comunes en entornos de trabajo remoto, lo que hace imprescindible una evaluación exhaustiva de los riesgos que abarque aspectos psicosociales, ergonómicos y organizativos, ya que los riesgos de salud mental suelen ser menos evidentes a priori ("riesgos invisibles") que los de la salud física.

La conectividad permanente y la falta de límites claros entre la vida laboral y personal pueden desencadenar una serie de problemas, incluyendo conflictos familiares, sedentarismo, aislamiento social, así como un aumento en los niveles de estrés y ansiedad. Expertos como Joseba Rico de AMAFE han señalado estos riesgos y han abogado por abordarlos de manera proactiva.

El marco jurídico europeo y nacional reconoce la importancia de proteger la salud y seguridad de los trabajadores en nuevas modalidades laborales, como el teletrabajo. La Recomendación del Consejo de Europa del 2003/134/EC destaca la necesidad de garantizar el bienestar de los trabajadores en condiciones laborales que escapan al control directo del empleador. A nivel nacional, la Ley de Protección de Riesgos Laborales establece medidas preventivas y de formación para proteger la seguridad y salud de los trabajadores, incluidos aquellos que desempeñan sus funciones de manera remota.

Para abordar los riesgos asociados con el teletrabajo, es esencial implementar políticas de descanso, proporcionar capacitación adecuada, promover el reconocimiento laboral y establecer medidas de desconexión digital. Estas medidas son fundamentales para garantizar el bienestar físico y mental de los trabajadores y prevenir problemas de salud relacionados con el trabajo remoto.

Sin embargo, surgirán interrogantes sobre la responsabilidad de proporcionar estos recursos para la prevención de riesgos laborales y cómo garantizar condiciones de trabajo adecuadas, especialmente cuando el trabajo se realiza en múltiples ubicaciones. La normativa vigente en materia de seguridad y salud laboral establece la necesidad de evaluar previamente el puesto de trabajo, aunque esto puede resultar complicado cuando el lugar de trabajo está fuera del control directo del empleador.

El empresario tiene la obligación de adoptar medidas para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores, incluida la evaluación y gestión de los riesgos laborales asociados al teletrabajo. Sin embargo, la inspección del lugar de trabajo, especialmente si este es el domicilio del trabajador, plantea desafíos en cuanto a la inviolabilidad de la intimidad personal y familiar. Se requiere el consentimiento del trabajador para la inspección, pero se deben abordar preocupaciones sobre cómo obtener este consentimiento sin violar los derechos fundamentales del trabajador.

Por otro lado, los convenios colectivos pueden establecer responsabilidades compartidas entre la empresa y el trabajador para garantizar un entorno laboral seguro en el teletrabajo. La falta de cumplimiento por parte de la empresa puede considerarse una infracción grave de la legislación laboral.

En el ámbito de la protección laboral relacionada con el derecho a la desconexión digital, la Resolución del Parlamento Europeo de enero de 2021 destaca la importancia de respetar el tiempo de trabajo para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores. Esta resolución insta a la Comisión a proponer una Directiva sobre el derecho a la desconexión para establecer estándares mínimos que protejan este derecho.

También es necesario integrar una perspectiva de género en las evaluaciones de riesgos laborales, considerando las diferencias en roles domésticos y los riesgos específicos que enfrentan mujeres y hombres. El teletrabajo puede exponer a las mujeres a desprotección social y estrés debido a su papel predominante en el cuidado familiar. Además, destaca la importancia de políticas que protejan contra riesgos específicos derivados de una sociedad indudablemente desigual entre géneros, como el acoso sexual y el ciberacoso.

En resumen, el teletrabajo ha modificado las concepciones tradicionales de tiempo y lugar de trabajo, lo que requiere una revisión exhaustiva de las prestaciones laborales asociadas con esta modalidad. La legislación debe ser más completa y rigurosa para abordar los desafíos emergentes y garantizar el bienestar de los trabajadores en entornos laborales remotos, que no deberían dejarse en manos de la negociación colectiva o de políticas internas, que pueden no ser suficientemente protectoras, sobre todo en cuanto a los "riesgos invisibles".